¿Cómo los PEMF revierten el daño muscular causado por las estatinas?
Las estatinas son medicamentos comúnmente recetados para reducir los niveles de colesterol en el cuerpo. Sin embargo, su uso puede tener efectos secundarios perjudiciales, especialmente en los músculos. En este artículo, exploraremos cómo los campos electromagnéticos pulsados (PEMF, por sus siglas en inglés) pueden ayudar a revertir el daño muscular causado por las estatinas y mejorar la función muscular.
El uso de estatinas y sus problemas asociados
Alrededor de 32 millones de estadounidenses toman estatinas para mantener sus niveles de colesterol dentro de rangos considerados óptimos. Sin embargo, estas medicinas pueden tener consecuencias negativas para la salud. Se informa que entre el 7% y el 29% de los pacientes experimentan molestias musculares mientras reciben tratamiento con estatinas. Estas molestias pueden manifestarse como debilidad sin dolor ni molestias, lo que dificulta la actividad física y el ejercicio necesario para mantener la salud y la longevidad.
Estudios sobre el daño muscular causado por las estaninas
Un estudio exhaustivo realizado en personas que usaban estatinas a largo plazo reveló un daño significativo en los músculos. Los usuarios sintomáticos de estatinas tenían una capacidad de producción de energía muscular ~28% menor que los individuos de control, lo que afecta negativamente su capacidad de ejercicio. Además, las estatinas alteran el metabolismo energético mitocondrial del músculo y afectan el equilibrio de calcio, lo que contribuye a los calambres y al dolor muscular.
Beneficios de los PEMF en el músculo
Los PEMF han demostrado mejorar la función muscular a través de varios mecanismos. Estimulan la producción de energía en el músculo, mejoran la circulación sanguínea, reducen la hinchazón muscular y estimulan la producción de células madre. Estos efectos hacen que los PEMF sean efectivos para reducir y limitar el daño muscular causado por las estatinas en aquellas personas que no pueden suspender el tratamiento médico.
Evidencia científica sobre el uso de PEMF en los músculos
El dolor muscular es un resultado común del ejercicio muscular, incluso en aquellos que no toman estatinas. Se ha demostrado que los PEMF mejoran el dolor muscular retardado después del ejercicio (Jeon). Esto significa que los PEMF pueden reducir la incomodidad y acelerar la recuperación muscular después de una actividad física intensa.
Una de las acciones más básicas de los PEMF es sobre la adenosina, que forma trifosfato de adenosina (ATP). La estimulación PEMF de los tejidos corporales aumenta la producción de energía de ATP. Debido a esto, los PEMF permiten que los músculos trabajen más tiempo, más duro y se recuperen más rápido. La adenosina trifosfato (ATP) es la principal fuente de energía utilizada por las células para llevar a cabo diversas funciones, incluida la contracción muscular. Al aumentar la producción de ATP, los PEMF proporcionan a los músculos la energía necesaria para funcionar de manera óptima, lo que puede contrarrestar el impacto negativo de las estatinas que bloquean la producción de ATP en los músculos.
Se ha descubierto que los PEMF de alta intensidad utilizados en el exterior, debajo de la pelvis, reducen la incontinencia urinaria en las mujeres al fortalecer los músculos pélvicos (Bakar). El PEMF induce la activación controlada de los nervios en el área de estimulación y, por lo tanto, las contracciones musculares. Como resultado, los PEMF estimulan directamente los músculos del suelo pélvico y las raíces sacras, lo que puede fortalecer y mejorar la función muscular en esa área específica.
Además, los PEMF de alta intensidad pueden generar contracciones musculares muy poderosas con mucho menos malestar que la estimulación eléctrica (Han; Gorodnichev). Esto significa que los PEMF pueden estimular de manera efectiva los músculos sin causar molestias significativas, lo que los hace una opción favorable para el fortalecimiento y la rehabilitación muscular.
Incluso hay evidencia de que los campos magnéticos pueden acelerar el desarrollo de nuevas células musculares (Surma; Eldashev; De Carlo). Esto sugiere que los PEMF podrían promover la regeneración y el crecimiento de células musculares, lo que podría ser beneficioso para contrarrestar el daño muscular causado por las estatinas.
¿Qué PEMF funcionaría mejor?
Dado que el efecto de las estatinas se produce en todos los músculos del cuerpo y se siente más en los músculos esqueléticos que se utilizan durante la actividad, cualquier tipo de PEMF puede ayudar, pero los PEMF de todo el cuerpo, que cubren la mayoría de los músculos del cuerpo, pueden ser los más beneficiosos. Estos dispositivos emiten campos magnéticos de baja frecuencia que penetran profundamente en los tejidos musculares y pueden tener un efecto más generalizado en todo el sistema musculoesquelético.
De lo contrario, los PEMF de área pequeña aún pueden ayudar con áreas más pequeñas que pueden verse más afectadas. Estos dispositivos están diseñados para dirigir los campos magnéticos de manera más específica y concentrada en áreas musculares específicas. Aunque su cobertura es limitada, pueden proporcionar un enfoque intensivo en las zonas que requieren mayor atención, como lesiones o músculos particularmente afectados.
En términos de intensidad, los PEMF de mayor intensidad tienden a funcionar mejor. Estos dispositivos generan campos magnéticos más potentes que pueden estimular de manera más efectiva la contracción muscular y promover una respuesta más fuerte en los tejidos musculares.
En cuanto a la frecuencia, la mayoría de las frecuencias entre 5 y 75 Hz se ha demostrado que aumentan la producción de ATP, por lo que la frecuencia específica no parece ser tan crucial. En última instancia, la elección entre los diferentes tipos de PEMF dependerá de tus necesidades individuales, el área muscular a tratar y la respuesta personal a cada dispositivo.
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